El Papa León XIV abogó por un sistema laboral al servicio de las personas y de las familias, para que sea reconocida la dignidad de cada empleado y se vele por sus necesidades reales.
Durante una audiencia este jueves en el Vaticano con los miembros de la Asociación de Asesores Laborales, el Santo Padre destacó tres aspectos que considera particularmente importantes en el mundo empresarial: la dignidad de la persona, la mediación y la promoción de la seguridad.
Al inicio de su discurso en el Palacio Apostólico, el Pontífice subrayó que en el centro de cualquier dinámica laboral “no deben situarse ni el capital, ni las leyes del mercado, ni el beneficio, sino la persona, la familia y su bien, respecto de los cuales todo lo demás es funcional”.
En consecuencia, afirmó que los trabajadores deben “ser reconocidos en su dignidad” y recibir respuestas concretas a sus necesidades reales, como son las necesidades de las jóvenes familias, de los padres que tienen hijos pequeños, “así como en la importancia de ayudar a quienes, aún trabajando, deben cuidar de familiares ancianos y enfermos”.
“Se trata de necesidades —advirtió— que ninguna sociedad verdaderamente civil puede permitirse olvidar o descuidar”. Especialmente hoy en día, donde la inteligencia artificial y la tecnología “gestionan y condicionan cada vez más nuestras actividades”. Por ello, señaló la urgencia de comprometerse para que las empresas se caractericen “como comunidades humanas y fraternas”.
Exhortó asimismo a establecer una mediación justa entre los directivos y los empleados, evitando “una excesiva burocratización de las relaciones” y “la lejanía y el distanciamiento de la realidad”.