Si Dios es bueno, ¿por qué existe el mal? fue la pregunta con la que una multitud de jóvenes desafío a Mons. José Ignacio Munilla, Obispo de Orihuela-Alicante (España), quien respondió ofreciendo cuatro claves para entender esta realidad.
El 19 de noviembre, el prelado español participó en Madrid de un "thinkglao" un evento presencial de la comunidad It's Time To Think (Es tiempo de pensar), en el que los ponentes llegan sin saber de qué van a hablar, para hacerlo luego durante 18 minutos; y en el que responden a preguntas de los asistentes, en un ambiente informal.
El obispo comenzó su exposición, publicada en su canal de YouTube el 3 de diciembre, precisando que “cuando uno se queja del mal y se revela frente al mal, está reclamando la existencia de Dios y está reclamando el triunfo pleno del bien sobre el mal”.
1. Los límites de la creación
Como primera clave, el prelado se refirió a este tema, destacando que si bien el universo es “maravilloso e inconmensurable”, también “es finito, y como finito que es, tiene sus límites. Todo lo finito, todo lo creado, todo lo material, nace, crece y muere, y las estrellas se apagan, y el hombre nace y crece y muere, y todo lo material es pasajero”, y puede generar sufrimiento.
En ese sentido, explicó, “Adán y Eva estaban protegidos por Dios, por unos dones especiales, de las agresiones, de los límites de la naturaleza. Adán y Eva estaban protegidos de la enfermedad, de la muerte”.