En el vuelo de regreso a Roma, al término de su primer viaje internacional que le llevó a Turquía y al Líbano, el Papa León XIV compartió una confidencia inesperada.
Interrogado por los periodistas sobre libros que han sostenido su vida interior a lo largo de los años, mencionó un pequeño volumen escrito por un carmelita descalzo hace cuatro siglos.
Según explicó, The Practice of the Presence of God (La práctica de la presencia de Dios) se ha convertido desde hace años en su guía espiritual predilecta. “Es un libro realmente sencillo —explicó el Pontífice—, escrito por alguien que ni siquiera firma con su apellido, el hermano Lorenzo. Pero describe un tipo de oración y de espiritualidad en el que uno simplemente entrega su vida al Señor y permite que el Señor lo guíe”.
Para entender el alcance de esta sencilla referencia, es necesario acercarse al monje del siglo XVII que lo escribió.
Nicolas Herman, que después sería fray Lorenzo de la Resurrección, nació en 1614 en Hériménil, en el entonces Ducado de Lorena (actual Francia), en el seno de una familia campesina muy humilde.
De joven sufrió los estragos de la Guerra de los Treinta Años, en la que fue reclutado soldado. Resultó herido y tuvo que renunciar a la carrera militar