4 de diciembre de 2025 Donar
Un servicio de EWTN Noticias

Informe detalla la persecución de los cristianos turcos antes de la visita del Papa León XIV

La escena frente a una iglesia católica en Estambul (Turquía), donde tuvo lugar un presunto ataque armado el 28 de enero de 2024./ Crédito: Rudolf Gehrig / EWTN.

Un informe de un grupo de defensa de los cristianos detalla la “hostilidad legal, institucional y social” hacia los cristianos turcos, en el momento en que el Papa León XIV inicia este jueves su visita de seis días a Turquía y Líbano.

El informe del European Centre for Law and Justice (ECLJ), titulado The Persecution of Christians in Turkey (“La persecución de los cristianos en Turquía”), analiza la injerencia del gobierno contra el clero y las entidades cristianas, las restricciones impuestas a los cristianos extranjeros que visitan el país y una extendida animosidad social contra los fieles, que en ocasiones incluye violencia directa.

“Las comunidades que en otro tiempo fueron parte integral del tejido cultural, religioso e histórico de Anatolia se han reducido a un remanente frágil”, afirman los autores.

“Su desaparición no es producto de un único acontecimiento, sino el resultado acumulado de una legislación restrictiva, de obstrucciones administrativas, de confiscaciones de bienes, de la negación de la personalidad jurídica y —más recientemente— de expulsiones arbitrarias de clérigos, misioneros y conversos”, añaden.

La Turquía actual, que estuvo gobernada por cristianos antes de las invasiones del Imperio otomano a finales de la Edad Media, sigue albergando a unos 257.000 cristianos. En 1915, los cristianos todavía representaban alrededor del 20% de la población turca, pero esa cifra ha ido disminuyendo en el último siglo hasta situarse ahora por debajo del 0,3% de la población.

La persecución de cristianos

El informe afirma que la hostilidad hacia los cristianos se mantiene viva a través de factores ambientales, como la negativa de Turquía a reconocer su pasado al seguir negando el genocidio de armenios y otros cristianos durante la Primera Guerra Mundial.

En aquel momento, alrededor de 1,5 millones de armenios y 500.000 cristianos de otros grupos fueron deportados por la fuerza o masacrados, y la tipificación penal en Turquía del delito de “insultar a la nación turca” e “insultar a la turquicidad” se aplica con frecuencia para acallar los discursos sobre aquellos hechos históricos, según el informe.

El texto señala que los políticos y los medios de comunicación estatales recurren con frecuencia a los cristianos como chivo expiatorio de los problemas sociales y los presentan como una amenaza externa e interna. Un ejemplo de ello es el presidente Recep Tayyip Erdoğan, que se refirió a los supervivientes del genocidio como “terroristas que escaparon de la espada”; otro ejemplo es el del diario progubernamental Yeni Akit, que supuestamente editó entradas de Wikipedia para difamar a cristianos, judíos y otros grupos.

En algunos casos, esta hostilidad desemboca en violencia, incluido un atentado terrorista contra una iglesia Católica en 2024 que se saldó con la muerte de una persona, además de otros actos de violencia y vandalismo.

El informe recuerda que Turquía firmó el Tratado de Lausana después del genocidio armenio, por el que se otorgaba a las personas pertenecientes a algunas confesiones no mayoritarias el pleno reconocimiento jurídico y derechos de propiedad.

Sin embargo, una interpretación restrictiva del tratado garantiza “un relato nacional que presenta al islam sunita como el rasgo principal de la identidad turca”, según el documento. El tratado tampoco reconoce a todos los cristianos, ya que sólo hace referencia de manera específica a los cristianos ortodoxos griegos, a los cristianos apostólicos armenios y a los judíos, pero no a los católicos ni a los protestantes, de acuerdo con el informe.

Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram

Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:

WhatsApp Telegram

El texto señala que el islam sunita suele vincularse con la identidad turca en la educación pública y que el proceso para obtener la exención de la educación islámica obligatoria resulta oneroso para los cristianos no contemplados en el tratado.

Ninguna iglesia goza de personalidad jurídica como institución religiosa, lo que implica que los patriarcados, diócesis e iglesias no pueden “poseer bienes a su nombre, iniciar procedimientos legales, contratar personal, abrir cuentas bancarias ni interactuar formalmente con las autoridades públicas”, según el informe.

El gobierno también interfiere en el liderazgo religioso, al prohibir que los ciudadanos no turcos sean elegidos patriarca ecuménico, se sienten en el Santo Sínodo o participen en las elecciones patriarcales de la Iglesia Ortodoxa Griega. Asimismo, el gobierno regula las elecciones para el liderazgo de la Iglesia Apostólica Armenia.

Turquía cerró el seminario ortodoxo griego de Halki en 1971 y —pese a las promesas de permitir su reapertura— lo mantiene cerrado, según el informe.

El informe también señala que Turquía impone restricciones legales y trabas administrativas a las “fundaciones comunitarias” cristianas, que gestionan iglesias, escuelas, hospitales e instituciones caritativas.

Esto incluye bloquear las elecciones de los consejos directivos y no ejecutar las órdenes judiciales. Una de las violaciones más graves consiste en imponer la figura del fideicomiso “mazbut”, que pone fin al reconocimiento jurídico de las instituciones cristianas y transfiere el control al gobierno, lo que en la práctica supone una confiscación de bienes, según el informe.

“Estas prácticas revelan un sistema estructural diseñado para socavar la autonomía, la continuidad y la supervivencia de las comunidades cristianas en Turquía”, afirma el texto.

De acuerdo con el informe, los pastores protestantes extranjeros son expulsados con frecuencia de los seminarios. De forma más amplia, señala que los misioneros extranjeros y los conversos suelen ser señalados como amenazas a la “seguridad nacional” y son expulsados de Turquía con frecuencia.

Los autores alientan a Turquía a otorgar pleno reconocimiento jurídico a todas las iglesias, dejar de interferir en las organizaciones cristianas, proteger los lugares de culto, poner fin a las expulsiones arbitrarias y devolver los bienes que hayan sido confiscados.

Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.

Las Mejores Noticias Católicas - directo a su bandeja de entrada

Regístrese para recibir nuestro boletín gratuito de ACI Prensa.

Click aquí

Dona a ACI Prensa

Si decides ayudarnos, ten la certeza que te lo agradeceremos de corazón.

Donar