La Solemnidad de Todos los Santos es una de las fiestas que, por tradición apostólica, deben observarse en toda la Iglesia Católica. Es una solemnidad de precepto universal, según el canon 1246 del Código de Derecho Canónico.
Sin embargo, el mismo Código señala que las conferencias episcopales —previa autorización de la Santa Sede— pueden suprimir o trasladar la obligación de algunas de estas fiestas, de acuerdo a las circunstancias locales y a las necesidades pastorales de cada país.
¿Es obligatorio asistir a Misa en la solemnidad de Todos los Santos?
El Día de Todos los Santos (1 de noviembre) está incluido como día de obligación en la legislación universal de la Iglesia. Por ello, los católicos de todo el mundo sí deben participar de la Santa Misa ese día.
En todos los países de Hispanoamérica esta obligación se mantiene, siempre y cuando no exista una declaración oficial del episcopado precisando lo contrario.
Por ejemplo, en los Estados Unidos cuando la Solemnidad de Todos los Santos cae “en un sábado o un lunes, el precepto de asistir a Misa queda derogado”, según manda el episcopado. Esta prerrogativa será aplicada este año en todo el país norteamericano.