El Arzobispo de Oviedo (España), Mons. Jesús Sanz, fue encañonado por encapuchados con ametralladores en México, sin consecuencias, durante el viaje de apoyo a la instalación de una nueva misión en la Diócesis de Tlapa en el Estado de Guerrero.
Mons. Sanz ha visitado recientemente la zona para impulsar una nueva misión conformada por dos sacerdotes y un diácono pertenecientes a la Asociación Lumen Dei en la zona.
En una entrevista difundida por la archidiócesis, el prelado constató que “quizás es una de las zonas más violentas de México”, en una doble vertiente: una “muy básica, muy primitiva” y otra relacionada con el narcotráfico.
Precisamente, en el Estado de Guerrero es donde se produjo el asesinato del P. Bertoldo Pantaleón Estrada, perteneciente a la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa.
Así, pudo vivir en primera persona un episodio que habla con elocuencia de este problema, aunque consideró que lo ocurrido no fue sino “una excepción que no tuvo ninguna trascendencia”.
“Íbamos un sacerdote y un servidor a celebrar a una pequeña comunidad un domingo la Santa Misa. Entonces en una de las curvas aparecieron tres encapuchados con ametralladoras. Nos detuvieron en el vehículo y nos preguntaron quiénes éramos y a dónde íbamos. Al decirles que éramos padres misioneros, dijeron ‘no se preocupen, sigan adelante’, y no tuvo más”, narró el arzobispo.