Este sábado 20 de septiembre, el Papa se encontró en la Plaza de San Pedro con miles de participantes del Jubileo de los Operadores de Justicia. A continuación, el texto completo del mensaje que León XIV dirigió a los peregrinos:
¡Muy buenos días a todos! Good morning and welcome!
Queridos hermanos y hermanas:
Me alegra recibirlos con ocasión del Jubileo dedicado a quienes, de distintas maneras, trabajan en el amplio campo de la justicia. Saludo a las distinguidas autoridades presentes, venidas de muchos países en representación de diferentes cortes, y a todos ustedes que cada día realizan un servicio necesario para la relación ordenada entre las personas, las comunidades y los estados.
Saludo también a los demás peregrinos que se han unido a este Jubileo. El Jubileo nos convierte a todos en peregrinos que, al redescubrir los signos de la esperanza que no defrauda, desean «recuperar la confianza necesaria —tanto en la Iglesia como en la sociedad— en los vínculos interpersonales, en las relaciones internacionales, en la promoción de la dignidad de toda persona y en el respeto de la creación» (Bula de convocación del Jubileo, 25).
Qué mejor ocasión para reflexionar más de cerca sobre la justicia y su función, que sabemos es indispensable tanto para el desarrollo ordenado de la sociedad como virtud cardinal que inspira y orienta la conciencia de cada hombre y mujer.
La justicia, en efecto, está llamada a cumplir una función superior en la convivencia humana, que no puede reducirse a la simple aplicación de la ley o al trabajo de los jueces, ni limitarse a los aspectos procedimentales.