A medida que el mundo conoce más sobre el “influencer de Dios”, San Carlo Acutis, sus hermanos gemelos —quienes aparecieron el domingo en la Misa de canonización, con Michele realizando la primera lectura y Francesca llevando las ofrendas al altar junto con su hermano y sus padres— han cautivado el corazón de millones.
No es común presenciar a hermanos pequeños viviendo una historia así: ver cómo su propio hermano se convierte en santo.
Y la historia de Francesca y Michele puede ser un milagro más que añadir a la vida del “santo de los tenis”. Cuando Carlo vivía, era hijo único, aunque su madre deseaba con todas sus fuerzas tener más hijos.
“Mientras vivía, sus papás no lograban tener más hijos. Lo intentaron. No sucedió. Así que fue hijo único”, relató recientemente Sabrina Ferrisi en EWTN Radio.
“Pero después de su muerte en 2006, su madre pensaba: ‘Bueno, no podemos tener hijos. Quizá adoptemos’. Y entonces ella y su esposo iniciaron todo el proceso de adopción, que en Italia suele tardar entre cuatro y cinco años”.