Hace dos semanas, un millón de jóvenes regresaron a sus países tras participar en el Jubileo de los Jóvenes, una experiencia que, sin duda, dejó una huella profunda en su vida de fe. Ahora, más allá de lo vivido en Roma, les queda una misión: llevar ese mensaje y testimonio a sus hogares.
En los días previos a este tan esperado evento, el Papa León XIV exhortó a los jóvenes a que “todo lo que vivan durante estas jornadas lo conserven siempre en sus corazones, pero que no lo guarden sólo para ustedes. Eso es muy importante: lo que van a experimentar aquí, que no sea sólo para uno mismo”.
Ser ejemplo del amor de Jesucristo
Sobre este llamamiento reflexionó Marta Zambrano, española de 25 años que participó como voluntaria en el Jubileo. En declaraciones a ACI Prensa, asegura que quienes “hemos tenido la suerte de poder vivir el Jubileo tenemos una misión muy importante”.
La joven, originaria de Cádiz, tiene clara esa misión: “Ser testigos de la fe y transmitir las enseñanzas de todo lo que hemos aprendido, tanto los testimonios, catequesis, homilías del Santo Padre… Incluso de nuestra propia experiencia o encuentro con Jesucristo”.