“Da miedo. Fue doloroso y difícil por la ansiedad y el temor de lo que pueda pasar. ¿Cómo van a reaccionar? Son 16 años que tengo siendo protestante, y mis amigos todos son reformados, todas mis conexiones. Si yo cambio ahora, tenemos que dejar todo eso. ¿Me van a dejar de querer, me van a dejar de hablar?”, agregó el joven venezolano, visiblemente conmovido.
Las cosas en su hogar no fueron menos complicadas. Patricia también era protestante, pero Kevin le pidió al Señor con insistencia: “Si tú quieres que yo me haga católico, haz que mi esposa también lo acepte”. Al final, Dios obró y le dió a Patricia “la disposición de aprender”, volviendo ella también al catolicismo. El matrimonio ahora reside en Raleigh, Carolina del Norte.
Kevin aún recuerda la primera vez que fue a Misa después de tantos años. Escuchando el pasaje evangélico de la pesca milagrosa, se identificó con San Pedro, que había estado pescando toda la noche sin atrapar nada. “Ese soy yo —pensó—, yo soy el que está discutiendo con el Señor. He estado investigando y trabajando por tantos años, con tanto esfuerzo y el Señor me dice: ‘Sí, pero confía en mí’".
El camino recorrido le ha confirmado que la Iglesia Católica es la que fundó Jesús. En otra publicación en X, Kevin remarca que “algo en la vida de los héroes de la fe católica parecía brillar con más intensidad que en la de los héroes de mi propia tradición, las personas a quienes admiraba”. El testimonio de los santos le ha sostenido en su proceso.
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“Al considerar las vidas de tantas personas que han moldeado el protestantismo, tanto contemporánea como históricamente, no pude evitar sentir que muchos de mis héroes se quedaron cortos. Especialmente comparados con las vidas de tantos santos católicos. No puedo expresarlo con palabras, pero algo en ellos simplemente decía ‘Cristo’", añade.
Ser amigos de los protestantes
Kevin considera que gran parte del diálogo entre católicos y protestantes, especialmente en internet, es tóxico. El joven venezolano lamenta el orgullo de ambas partes, e invita a los católicos a ser pacientes y volverse amigos de los protestantes, porque la conversión “es un cambio que no es fácil, que toma mucho tiempo y persistencia”.
“Hacer relaciones, mostrar el amor de Cristo y quizá compartir con ellos. Creo que los protestantes aman a Dios y a Cristo. Aman la las Sagradas Escrituras y podemos aprender de ellos e incluso imitar mucho de sus vidas”, comentó.