Los "Niños Mártires de Tlaxcala", asesinados por odio a la fe en México entre 1527 y 1529, fueron proclamados santos por el Papa Francisco el domingo 15 de octubre y ahora deben ser modelo "para todos los mexicanos y para el mundo".
Así lo explicó el Obispo de esta diócesis de México, Julio César Salcedo Aquino, en diálogo con ACI Prensa, apenas un día después de que los tres niños fuesen proclamados santos por el Papa Francisco en una multitudinaria ceremonia en la Plaza de San Pedro.
El prelado explicó que "Tlaxcala fue la cuna de la evangelización, donde llegaron los franciscanos. Ellos fundaron la escuela franciscana de catequesis, de evangelización. Los Niños participaban de ella y comenzaron a crecer en la fe y supieron asumir profundamente todos los procesos de conversión".