En agradecimiento a la petición del Papa Francisco de que la Iglesia acoja a familias de refugiados llegados a Europa, 71 de ellas, hospedadas en una parroquia de Bagdad (Irak), le han hecho llegar dos regalos.
Luego del rezo del Ángelus el pasado domingo, el Pontífice hizo un llamado para que todas las parroquias, comunidades religiosas, monasterios y santuarios de Europa, acojan a las familias de refugiados que llegan en estos días al continente al huir de la persecución religiosa y las guerras de sus países, entre ellos Siria, Irak y Pakistán.
En la Audiencia General de este miércoles en la Plaza de San Pedro, el P. Pius Cacha, párroco de la iglesia siro católica de San José en la capital de Irak, donde se encuentran alojadas, entregó a Francisco dos objetos realizados por los refugiados. Se trata de un pequeño tapiz "que tiene en el centro la representación de la Natividad para decir que la Iglesia está abierta", así como una capa típica árabe "que simboliza el calor de la acogida".