La presidenta de Planned Parenthood Federation of America (PPFA), Cecile Richards, anunció recientemente que su organización dejaría de cobrar "reembolsos" por los órganos y tejidos de bebés que entrega a científicos, en un intento de relajar la presión mediática y las investigaciones que se le sigue en el Congreso. Sin embargo, para los líderes pro-vida estadounidenses, esta medida no es más que una admisión de culpa.
Desde mediados de julio de este año, el Center for Medical Progress (CMP) ha difundido 10 videos en los que revela el tráfico de órganos de Planned Parenthood, que cobra entre 35 y 100 dólares por partes de bebés abortados en sus instalaciones. PPFA se ha defendido argumentando que no vende las partes sino que las dona, y que el dinero que recibe de científicos y otras organizaciones por estos órganos y tejidos constituye un "reembolso".
Planned Parenthood es investigada actualmente por el Congreso de Estados Unidos, que reveló hace pocos días sus primeros hallazgos. En una carta remitida a los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos el 13 de octubre, la presidenta de Planned Parenthood anunció la decisión de "no tomar reembolsos por los gastos", y aseguró que con esto "estamos quitando la cortina de humo" de quienes se oponen al aborto.