La Santa Sede informó que el Papa Francisco visitará el próximo 2 de noviembre, Día de los Fieles Difuntos, el Cementerio Laurentino en Roma, que tiene un sector donde están enterrados los bebés no nacidos.
#PapaFrancesco celebrerà quest'anno al Cimitero #Laurentino la Santa Messa di Commemorazione di tutti i fedeli #defunti, il #2novembre (ore 16) pic.twitter.com/bHfFhSkEdU
- Giovanni Tridente ن (@gnntridente) 23 de octubre de 2018
Está previsto que el Pontífice celebre una Misa en el cementerio a las 4:00 p.m. (hora local).
El lugar donde están enterrados los no nacidos es conocido como el "Jardín de los Ángeles".
Según indica el sitio web "Cimetieri Capitolini" del municipio de Roma, el Cementerio Laurentino fue fundado en el año 2002 y es el tercero más grande de la ciudad con 21 hectáreas.
El "Jardín de los Ángeles" fue creado en el 2012 y comprende un área de 600 metros cuadrados, custodiada por dos estatuas de ángeles.
Il giardino degli angeli. A quasi un anno dalla inaugurazione. #Roma #cimitero @Lolicchia pic.twitter.com/cfgJpNCH
- Chiara Lalli (@chiaralalli) 4 de noviembre de 2012
El municipio de Roma señaló que el nombre y la simbología de este sector no fueron elegidos por un motivo religioso, sino porque "se asocia a la imagen de la infancia a la de los ángeles, como ejemplo de la inocencia y la pureza".
El Cementerio Laurentino está abierto de lunes a jueves de 8:30 a.m. a 3:00 p.m. y los viernes de 8:30 a.m. a 1:30 p.m.
En años anteriores, el Papa Francisco ha visitado y celebrado una Misa el 2 de noviembre en diversos cementerios de Roma, como el Flaminio, el Americano de Nettuno y el Verano.
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El Papa Francisco celebrará en el cementerio romano Flaminio la Misa por los fieles difuntos. Se trata de la primera vez que un Papa visita este cementerio, pues habitualmente esta Misa se celebra en el cementerio Verano, el principal de la capital italiana.
El Papa Francisco celebró este jueves 2 de noviembre la Misa de conmemoración de todos los fieles difuntos en el Cementerio Americano de Nettuno, al sur de Roma, donde rezó por el fin de las guerras, “cuyo único fruto es la muerte”.
