En su última catequesis antes de las vacaciones estivales, el Papa Francisco habló de las virtudes que tiene que tener un verdadero cristiano, entre ellas la humildad y la pobreza, y puso de modelo a los mártires que dan su vida por el Evangelio.
Francisco afirmó que la "pobreza" es la primera indicación y recordó cómo Jesús envía a los suyos en misión. "Un cristiano que no sea humilde y pobre, despegado de las riquezas y del poder y sobre todo despegado de sí, no se asemeja a Jesús".
"Los cristianos aman, pero no siempre son amados", aseguró el Pontífice. "Desde el principio Jesús nos pone delante de esta realidad. En una medida más o menos fuerte, la confesión de la fe viene dada en un clima de hostilidad".