El Papa Francisco presidió a primera hora de la mañana una Misa en la Basílica de San Pedro con cientos de frailes capuchinos, con motivo de la exposición estos días de los cuerpos del Padre Pío y de Leopoldo Mandic, ambos de esta orden.
En su homilía, les pidió no caer en el pelagianismo y les invitó a retomar el carisma del perdón, porque "el que no sabe perdonar es un gran condenador". A su vez, habló de la actitud que todo confesor tiene que tener ante la persona que acude a confesarse porque está arrepentido de sus pecados.
"Quien es el gran acusador en la Biblia es el Diablo", afirmó. "En cambio, Jesús pasó tantas horas de oración y de escuchar a la gente como San Pío y San Leopoldo, aquí".