El aborto y la eutanasia tampoco son una cuestión de modernidad, explicó, porque "en el pensamiento antiguo y en el pensamiento moderno, ¡la palabra matar significa lo mismo!".
"El grado de progreso de una civilización se mide justamente con la capacidad de custodiar la vida, sobre todo en las fases más frágiles", señaló.
Francisco aseguró que "es atentado a la vida la plaga del aborto. Es un atentado a la vida dejar morir a nuestros hermanos en las barcazas en el canal de Sicilia. Es un atentado a la vida la muerte en el trabajo, porque no se respetan las mínimas condiciones de seguridad. Es un atentado a la vida la muerte por desnutrición. Es atentado a la vida el terrorismo, la guerra, la violencia; pero también la eutanasia. Amar la vida es siempre ocuparse del otro, desear su bien, cultivar y respetar su dignidad trascendente".
Al finalizar su mensaje a la Iglesia en Inglaterra y Gales, el Santo Padre impartió su bendición apostólica "a todas las personas que participan en un evento tan significativo y a quienes trabajan, de diferentes maneras, en la promoción de la dignidad de toda persona humana desde el momento de su concepción y hasta su muerte natural".