Este domingo, 23 de julio, el Papa Francisco pidió no marginar a los ancianos en nuestras vidas y familias, alertando sobre el peligro de las aglomeradas ciudades convertidas en "concentrados de soledad".
A las 10:00 de esta mañana, XVI Domingo del Tiempo Ordinario, el Santo Padre presidió en la Basílica de San Pedro la Celebración Eucarística con motivo de la III Jornada Mundial de los Abuelos y de los Ancianos.
En su homilía, el Pontífice ilustró la parábola de la levadura y la harina que nos invita a vivir unidos y mezclados, superando "el individualismo y el egoísmo".