El Papa Francisco celebró este viernes su segunda Misa de 2015 en la capilla de la Casa Santa Marta, donde habló de la acción del Espíritu Santo en el hombre y de los motivos que hacen que una persona se encierre en sí misma, como las experiencias dolorosas, pero también el orgullo y la vanidad; circunstancias que son disipadas cuando la persona se abre al amor de Dios, que lo hace libre.
El Pontífice denunció que el yoga jamás podrá enseñar a un corazón a "sentir" la paternidad de Dios, ni un curso de espiritualidad zen lo volverá más libre para amar ya que este poder sólo lo tiene el Espíritu Santo.
"¿Quién nos enseña a amar? ¿Quién nos libera de esta dureza? Tú puedes hacer mil cursos de catequesis, mil cursos de espiritualidad, mil cursos de yoga, zen y todas estas cosas. Pero todo esto jamás será capaz de darte la libertad de hijo. Es sólo el Espíritu Santo quien mueve tu corazón para decir 'Padre'. Sólo el Espíritu Santo es capaz de disipar, de romper esta dureza del corazón y hacer un corazón… ¿blando?… No sé, no me gusta la palabra… 'Dócil'. Dócil al Señor. Dócil a la libertad del amor", afirmó.