A este punto, el Papa explicó que la "blasfemia es imperdonable". "Jesús como Sumo Sacerdote ha recibido una unción. ¿Y cuál ha sido esta unción? La carne de María con la obra del Espíritu Santo. Y el que blasfema sobre esto, blasfema sobre el fundamento del amor de Dios, que es la redención, la re-creación; blasfema sobre el sacerdocio de Cristo. 'Pero que malo el Señor, ¿no perdona?'. ¡No! ¡El Señor perdona todo! Pero quien dice estas cosas está cerrado al perdón. ¡No quiere ser perdonado! ¡No se deja perdonar!".
"Esto es lo feo de la blasfemia contra el Espíritu Santo: no dejarse perdonar, porque reniega de la unción sacerdotal de Jesús, que ha hecho el Espíritu Santo". Y "no es porque el Señor no quiera perdonar todo, sino porque este está tan cerrado que no se deja perdonar: la blasfemia contra esta maravilla de Jesús".
Por último, el Pontífice manifestó: "hoy nos hará bien durante la Misa pensar que aquí en el altar se hace memoria viva, porque Él estará presente ahí, desde el primer sacerdocio de Jesús cuando ofrece su vida por nosotros; está también la memoria viva del segundo sacerdocio porque Él orará aquí; pero también, en esta Misa –lo diremos después del Padrenuestro– está el tercer sacerdocio de Jesús, cuando Él regresará y la esperanza nuestra de la gloria".