El Papa Francisco reflexionó en su homilía de hoy en la Misa en la Casa Santa Marta sobre lo que debe hacer todo católico para obtener el perdón de Dios y en la necesidad de desterrar la hipocresía del corazón.
A su vez, el Papa pidió reflexionar en Cuaresma sobre "la invitación a la conversión, el don que nos dará el Señor y que es un gran perdón, y (también) en la trampa –hacer como que uno pretende convertirse– pero que toma el camino de la hipocresía".
La lectura del Profeta Isaías que se proclamó en la celebración sirvió al Pontífice para explicar que lo que él mismo pide al pueblo es una invitación de Dios: "paren de hacer el mal, aprendan a hacer el bien", defendiendo a los huérfanos y a las viudas, es decir, "a aquellos que nadie recuerda", entre los que también se encuentran "los ancianos abandonados", "los niños que no van a la escuela" y aquellos "que no saben santiguarse".