El Papa Francisco hizo hoy desde el Vaticano un llamado a la conversión y a vivir alegres en la espera del Señor. "El cristiano es una persona alegre, y su alegría no es nada superficial y efímero, sino profundo y estable, porque es un don del Señor que llena la vida", dijo Francisco.
Después de abrir la Puerta Santa de la Basílica de San Juan de Letrán y celebrar la Misa, el Santo Padre regresó al Vaticano para rezar el Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico.
Hoy "es necesario convertirnos, se necesita cambiar la dirección de la marcha y emprender el camino de la justicia, de la solidaridad, de la sobriedad: son valores imprescindibles de una existencia plenamente humana y auténticamente cristiana".