Después de rezar el Regina Coeli con los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco exhortó a la comunidad internacional a no permanecer "silenciosa e inerte" ante la persecución que sufren los cristianos en diversas partes del mundo, como sucedió en Kenia la semana pasada y sigue ocurriendo en Irak, Siria y otros países.
Al saludar a una delegación del Movimiento Shalom que se encuentra en Roma después de una carrera solidaria para sensibilizar a la opinión pública sobre la persecución de los cristianos en el mundo, el Papa pidió que continuasen "el camino espiritual de oración intensa, de participación concreta y de ayuda tangible en defensa y protección de nuestros hermanos y hermanas, perseguidos, exiliados, asesinados por el solo hecho de ser cristianos".
"Pido que la comunidad internacional no permanezca silenciosa e inerte ante tal crimen inaceptable que constituye una preocupante deriva de los derechos humanos más elementales".