En medio de la violencia desatada en Marawi por un grupo terrorista vinculado al Estado Islámico (ISIS), los Obispos de Filipinas aseguraron que "ninguna religión enseña a matar gente inocente" y pidieron que se detenga la violencia en la región.
El grupo extremista musulmán Maute, que juró lealtad a ISIS, ha desatado una ola de violencia en la región de Marawi, al sur de Filipinas, una localidad de mayoría musulmana. En mayo de este año, los terroristas secuestraron a un sacerdote y fieles católicos e incendiaron la catedral de la ciudad.
Una reciente operación militar acabó con la vida de 381 terroristas musulmanes. De acuerdo a las autoridades, quedarían aún alrededir de 100 extremistas con vida, que mantienen secuestrados a civiles, incluidos niños.