Tenía solo 19 años cuando fue capturada por los miembros del Estado Islámico (ISIS). Con un hijo pequeño y embarazada del segundo, fue separada de su esposo y se le dijo que sería forzada a casarse con uno de los yihadistas.
Su desgarradora historia no es la única, pero sí el hecho de estar entre las pocas personas que pudo escapar del terror de ser una cautiva del ISIS.
Ella pudo narrar su drama a CNA –agencia en inglés del grupo ACI- durante un encuentro en Erbil, capital del Kurdistán iraquí, con motivo de la visita de la delegación papal liderada por el Pontificio Consejo Cor Unum del 26 al 29 de marzo. Su nombre y el de la villa donde ahora vive con sus dos hijos permanecen en el anonimato por razones de seguridad.