El presidente de Generación Provida, Richard Izquierdo, descartó que vayan a tener efecto las presiones de Amnistía Internacional (AI) para que Paraguay despenalice el aborto en casos de violación, pues la población "tiene muy arraigada la cultura de la vida" y el gobierno "tiene una posición firme de respeto a la Constitución Nacional y las leyes" que protegen al no nacido.
Luego que una niña de once años embarazada por una violación diera a luz la semana pasada, AI ha continuado con su política de presión para que el gobierno despenalice el aborto, aduciendo que el caso de la menor "ilustra lo que está mal en cuanto a los derechos humanos de mujeres y niñas pobres y marginalizadas en Paraguay".
AI, que no aborda en su comunicado las denuncias de manipulación del caso por parte del grupo feminista Cladem, calificó la decisión del estado de velar por la vida de la pequeña madre y la entonces no nacida, como un "trágico recordatorio de la necesidad urgente de que Paraguay revoque su estricta ley antiaborto".