Cada 3 de abril recordamos a Santa María de Egipto, figura femenina de gran importancia para una época en la que generalmente eran hombres los que se retiraban del mundo para llevar una vida de oración y esfuerzo espiritual. Maria alcanzó las alturas de la santidad tras haber vivido sometida, por propia voluntad, a las garras de la lujuria. Es gracias a Sofronio, Patriarca de Jerusalén, que conocemos sobre su vida.
Un terrible peso en el alma
Maria nació probablemente alrededor del año 344. A los 12 años dejó su casa y viajó a Alejandría, donde por más de 17 años ejerció la prostitución.