Cada 23 de abril la Iglesia Católica celebra a San Jorge, santo de los primeros siglos de la cristiandad, cuya devoción se ha extendido universalmente.
La fama de San Jorge creció durante la Alta Edad Media, y hoy sigue evocando, como antaño, muchos aspectos de la virtud cristiana, especialmente aquellos necesarios para enfrentar la lucha diaria contra el Maligno: el valor y la fortaleza.
San Jorge fue un soldado romano convertido a la fe en Jesucristo que terminó siendo ejecutado en Nicomedia a causa de su fe. Se cree que fue decapitado, por lo que se le cuenta entre los mártires. Vivió entre los años circa 275-280 y 303.