Supieron que se trataba de un antiguo rey egipcio porque la persona representada usa una pequeña peluca que "está coronada por un uraeus, la cobra solar que se eleva por encima de la frente del faraón en la antigua iconografía egipcia".
Laboury y Connor manifestaron que "la cabeza se separó del resto de la escultura antes de ser destrozada". "Es interesante que ninguna otra parte de la estatua a la que perteneció originalmente (la cabeza) se haya recuperado en ese lugar", añadieron.
"La mayoría de los bordes rotos son afilados, lo que sugiere, junto con el hecho de que la cabeza podría ser reconstruida casi por completo, que se había roto cerca del lugar donde se encontró. El borde de la oreja derecha muestra fracturas meteorológicas, lo que sugiere múltiples fases de daño", describieron.
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