La religiosa Agnes Sasagawa, cuyo nombre significa cordero, se curó de la sordera que padecía sin explicación médica, lo que fue considerado como un signo de la autenticidad de las apariciones de la Virgen María y los hechos milagrosos alrededor de la imagen.
El 22 de abril de 1984, después de ocho años de investigación y tras haber consultado al Vaticano, los mensajes de Nuestra Señora de Akita fueron aprobados por el Obispo de Niigata, Mons. John Shojiro Ito.
El Prelado declaró que los eventos de Akita tenían un origen sobrenatural y autorizó en toda la diócesis la veneración de esta advocación mariana. Para llegar a esta conclusión, el Obispo recibió el testimonio de 500 personas entre cristianas y no cristianas, incluyendo al alcalde budista del pueblo.
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