Una de las principales misiones que tiene el cristiano es ser luz y sal para el mundo, y el Papa Francisco se refirió precisamente a ello en la Misa que celebró en Santa Marta al recordar lo que es capaz de hacer Dios en la vida de las personas.
El Pontífice invitó a no buscar las "seguridades artificiales" si no a tener como objetivo el anuncio del Evangelio que es "decisivo".
"En Jesús se cumple todo lo que ha sido prometido y por este Él es la plenitud", aseguró. "En Jesús no hay un 'no': siempre 'sí', por la gloria del Padre. Pero también nosotros participamos de este 'sí' de Jesús, porque Él nos ha conferido la unción, nos ha puesto el sello, nos ha dado el 'depósito' del Espíritu".