Este segundo domingo de Pascua o Domingo de la Divina Misericordia, el Papa Francisco presidió el rezo del Regina Coeli ante miles de fieles presentes en la Plaza de San Pedro del Vaticano, donde aseguró que "es mejor tener una fe imperfecta pero humilde, que siempre vuelve a Jesús, que una fe fuerte pero presuntuosa, que nos hace orgullosos y arrogantes".
Desde la ventana del Palacio Apóstolico, el Papa reflexionó en este último día de la Octava de Pascua acerca del pasaje de San Juan (cf. Jn 20,19-29), y se centró para ello en los dos protagonistas; Tomás y Jesús.