El Papa Francisco advirtió que encerrarse siempre en la ley es como enjaular al Espíritu Santo, y el cristiano que hace esto no acepta a los profetas y aquello que predican, por lo que pierden la memoria de las maravillas y los dones que el Señor ha hecho en su vida.
En la homilía de la Misa en la Casa Santa Marta, el Pontífice comentó el Evangelio del día en el que Jesús narra la parábola del Viñador.
Francisco explicó que se trata de la imagen de "un pueblo cerrado en sí mismo, que no se abre a las promesas de Dios, que no espera las promesas de Dios. Un pueblo sin memoria, sin profecía y sin esperanza".