El presidente del Banco Central del Vaticano pareció admitir esta semana que una transacción podría representar una violación de los compromisos regulatorios europeos, al referirse a un préstamo de 50 millones de euros (más de 55 millones de dólares) que otorgó para financiar la compra de un hospital italiano que se encuentra en dificultades económicas.
Las fuentes dicen que se solicitó una subvención de la Papal Foundation, una asociación caritativa católica estadounidense que colabora con la Santa Sede, para equilibrar los libros contables del banco central ante la incapacidad del hospital de generar ingresos a corto plazo y devolver el dinero.
En un comunicado publicado el martes 22 de octubre, Mons. Nunzio Galantino, Presidente de la Administración de la Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), reconoció que el Banco Central del Vaticano prestó 50 millones de euros para financiar la compra del hospital italiano, el Istituto Dermopatico dell'Immacolata (IDI), a pesar de que APSA tiene prohibido otorgar préstamos que financien transacciones comerciales, como consecuencia de las políticas establecidas para eximirlo de la supervisión externa.