De acuerdo a los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), la viruela del mono o del simio "es una enfermedad rara causada por la infección con el virus de la viruela del simio", que "es parte de la misma familia de virus que el virus de la viruela".
"Los síntomas de la viruela del mono son similares a los de la viruela, pero más leves, y la viruela del mono rara vez es mortal. La viruela del mono no está relacionada con la varicela", añade.

Entre sus síntomas, de acuerdo a los CDC, se encuentra la fiebre, el dolor de cabeza, dolores musculares y dolor de espalda, escalofríos, agotamiento, síntomas respiratorios y "un sarpullido que puede parecerse a granos o ampollas que aparece en la cara, dentro de la boca y en otras partes del cuerpo, como las manos, los pies, el pecho, los genitales o el ano".
¿Qué enseña la Iglesia Católica sobre la homosexualidad?
La enseñanza católica sobre la homosexualidad está resumida en tres artículos del Catecismo de la Iglesia Católica: 2357, 2358 y 2359.
En estos artículos la Iglesia enseña que los homosexuales "deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta".
La homosexualidad como tendencia es "objetivamente desordenada" y "constituye para la mayoría de ellos (los homosexuales) una auténtica prueba".
Apoyado en la Sagrada Escritura, la Tradición ha enseñado siempre que "los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados", "no proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual", y por tanto "no pueden recibir aprobación en ningún caso".
"Las personas homosexuales están llamadas a la castidad" y "mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana".
David Ramos es editor en jefe de ACI Prensa. Ha cubierto los viajes del Papa Francisco a Ecuador, Paraguay, México, Colombia, Chile y Perú