29 de marzo de 2018 / 10:28 AM
El Papa Francisco presidió este Jueves Santo la Misa de la Última Cena en la cárcel romana de Regina Pacis, muy cerca del Vaticano y que se encuentra situada al lado de un tramo del río Tíber, y en la homilía les animó a servir a todos, incluso a los malvados y odiosos.
El Pontífice llegó a la prisión de Roma a las 4:00 p.m. (hora local), y tras pasar el control de seguridad y de acceso a la misma, se dirigió a la enfermería, donde saludó a los prisioneros enfermos.
A continuación, celebró la Misa con el rito del lavatorio de pies. Este año, los hombres escogidos provenían de siete países distintos: cuatro italianos, dos filipinos, dos marroquíes, un moldavo, un colombiano, un nigeriano y uno de Sierra Leona. Del grupo, ocho eran católicos, dos musulmanes, uno ortodoxo y otro budista.