El Papa Francisco participó en una vigilia de oración en la que animó a los jóvenes a seguir adelante y a no detenerse a pesar de las dificultades, porque "solo el mundo puede cambiar si los jóvenes están en camino".
De esta manera respondió a los testimonios de 2 jóvenes: una religiosa de 30 años que relató su conversión y cómo la llamó Dios a la vida religiosa, y el de un joven de 23 años que en 2002 sufrió las consecuencias de un terremoto en Italia y quedó en silla de ruedas.
La vigilia en la Basílica de San Juan de Letrán se celebró en preparación a la Jornada Mundial de la Juventud de este Domingo de Ramos con el tema "Grandes cosas ha hecho por mí el Omnipotente".