"En la mesa del comedor, en la familia, cuántas veces se come, se ve la TV o se escriben mensajes en el celular. Cada uno es indiferente a ese encuentro. Tampoco en el núcleo de la sociedad, que es la familia, hay encuentro".
Francisco pidió "que esto nos ayude a trabajar por esta cultura del encuentro, así sencillamente como lo ha hecho Jesús". "No solo ver: mirar. No solo sentir: escuchar. No solo cruzarse por la calle con alguien: pararse. No solo decir 'pecado, pobre gente', sino compadecer al otro. Y después acercarse, tocar y decir en el lenguaje que a cada uno le venga en ese momento, el lenguaje del corazón: 'No llores', y dar al menos una gota de vida".
Todo esto lo dijo al hablar del encuentro de Dios con su pueblo y comentar el Evangelio en el que Jesús resucita un muerto. "El encuentro es otra cosa, es eso que el Evangelio hoy nos anuncia: un encuentro, un encuentro entre un hombre y una mujer, entre un hijo único vivo y un hijo único muerto; entre una muchedumbre feliz, porque había encontrado a Jesús y lo seguía, y un grupo de gente, lloraba, acompañaba a aquella mujer, que salía de una puerta de la ciudad; encuentro entre esa puerta para salir y la puerta de entrada. Un encuentro que nos hace reflexionar sobre el modo de encontrarnos nosotros".