En un intenso y extenso discurso, inspirado en la mirada de la Virgen de Guadalupe, el Papa Francisco reflexionó sobre la urgente misión de los obispos de México ante los diversos desafíos del país. El Santo Padre les recordó que el peso de estas situaciones "cae sobre sus espaldas" y los alentó a no dejarse amedrentar por las graves dificultades en su misión que incluye recuperar el lugar especial que la nación debe tener.
Luego del encuentro con las autoridades y la sociedad civil, el Papa Francisco se desplazó hasta la Catedral de la Asunción de Ciudad de México para celebrar un encuentro con los obispos del país. El Pontífice, que recorrió en papamóvil la Plaza de la Constitución, conocida como "Zócalo", fue recibido también a su llegada con aplausos de la gente.
Francisco entró por la Puerta Santa y fue recibido por los canónigos del templo al mismo tiempo que un coro de niños cantaba.