Más adelante, Bernabé también se separaría de Pablo y tomaría dirección hacia Chipre para reencontrarse con su primo. Al parecer, como consta en los Hechos de los Apóstoles, el alejamiento de Marcos en ese viaje inicial no fue del total agrado de Pablo. Sea como sea, años después, el Apóstol y San Marcos se juntarían para otro viaje misionero.
El Evangelista también hizo un largo periplo junto a San Pedro, acompañándolo a Roma. Quien fuera el primer Papa solía referirse a él como "mi hijo", dejando en evidencia la relación de confianza y cercanía que tuvieron. Los frutos de esa estrecha amistad pueden entreverse en la manera como Marcos elabora su relato sobre la vida de nuestro Señor.
El santo logró plasmar de manera notable el testimonio directo del mayor de los Apóstoles, Pedro. Así, su Evangelio contribuye a fortalecer la comprensión de la divinidad de Jesús, gracias al énfasis puesto en cada uno de sus milagros.
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