Con motivo del cierre del año 2025, el Arzobispo de Xalapa, en el estado mexicano de Veracruz, Mons. Jorge Patrón Wong, exhortó a los fieles católicos a realizar un examen de vida y a prepararse espiritualmente para iniciar un nuevo año sostenidos por la gracia de Dios.

En una reflexión compartida este 30 de diciembre, el prelado señaló que el final del año civil no debe reducirse a un simple ejercicio de memoria, sino asumirse como una oportunidad para reconocer “la presencia amorosa de Dios en nuestra historia personal y comunitaria”.

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Mons. Patrón Wong explicó que este tiempo invita a detenerse y evaluar el propio camino de vida, identificando aquello que “necesita sanar, transformar o entregar en manos de Dios” preguntándose “¿qué actitudes negativas deben morir en mí? ¿Qué pasos positivos me pide Dios que dé?”.

Entre esos pasos concretos, sugirió “reconciliarme con alguien de la familia, retomar la vida de oración, perdonar una ofensa, dejar un hábito que lastima, o volver con fidelidad a la propia familia y comunidad parroquial”.

Agradecimiento, esperanza y gestos de caridad

Por otro lado, el arzobispo destacó la importancia de cerrar el año con un corazón agradecido y con la disposición de iniciar “sostenidos por su gracia”.

Mons. Patrón Wong señaló que la gratitud permite reconocer que el Señor nunca abandona a su pueblo y que continúa “actuando en medio de nuestras realidades”: “en los jóvenes que buscan sentido, en las familias que luchan por mantenerse unidas, en quienes trabajan incansablemente por la justicia y la paz, y en aquellos que sufren y esperan consuelo”.

Como forma concreta de vivir el final del 2025 de manera cristiana, invitó a expresar la fe a través de gestos sencillos de caridad, como visitar a un enfermo, acompañar a una persona sola, apoyar a una familia necesitada, donar alimentos o brindar tiempo, escucha y cercanía, acciones que, afirmó, “son maneras de permitir que el Evangelio se encarne en nuestras acciones”.

“Cuando nuestras decisiones y prioridades se orientan al amor, nuestro corazón se configura más plenamente al de Cristo”, señalo el prelado.

Finalmente, Mons. Patrón Wong, expresó su deseo de que, de la mano de Cristo, este cierre de año sea una “oportunidad de gracia; y cada nuevo año, en un llamado a caminar con mayor fe, esperanza y amor”.