Amy Coney Barrett, jueza de la Corte Suprema de Estados Unidos, afirma que su fe católica “la arraiga” y le da “perspectiva”.
Durante una entrevista con Mons. Robert Barron, Obispo de Winona-Rochester, Minnesota (Estados Unidos), Barrett abordó varios temas, entre ellos la libertad de expresión, la anulación de Roe v. Wade y su carrera jurídica. La jueza de la Corte Suprema también habló abiertamente de su fe católica, incluido cómo reza y su relación con los santos.
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Un “amor por los santos”
Cuando se le preguntó qué figuras espirituales la han influido, Barrett compartió acerca de sus relaciones con los santos, en concreto su amor por Santa Catalina de Siena y Santa Teresa de Lisieux.
“Mi favorita era Teresa de Lisieux. Tenemos una hija que se llama Thérèse”, dijo Barrett. “Cuando era joven me cautivó lo joven que era cuando entregó por completo su vida al Señor”.
“Su Caminito es muy accesible para muchos”, dijo. “Hice una especialidad secundaria en francés y estudié en Francia. En realidad fue en Lisieux, donde yo estaba… allí fue donde decidí ir ese verano. Así que pasé mucho tiempo en los jardines de la casa de los Martin. Creo que esos ejemplos de fe fueron importantes para mí”.
“Una de las cosas que hemos intentado hacer con nuestros hijos es realmente cultivar en ellos un amor por los santos, porque sí creo que son grandes ejemplos que pueden inspirar nuestro amor por la fe”.
Barrett dijo que ha “rezado de distintas maneras en diferentes etapas” de su vida. Como profesora de Derecho, a menudo hacía “lectio divina”. Ahora, como jueza, dijo que tiende “a hacer más lecturas con reflexión” y que suele “leer el Magnificat diario”.
Un “problema personal en estos últimos años ha sido la capacidad de aquietar mi mente para poder rezar de una manera muy profunda y enfocada”, dijo. Escuchar reflexiones “me ayuda, si mi mente divaga, a poder concentrarme en leer algo y en la tarea que tengo entre manos”.
La Constitución y el bien común
A pesar de su fe, Barrett también explicó cómo esta no es lo que puede influir en sus decisiones como jueza. “La Constitución distribuye la autoridad de una manera particular”, dijo. “La autoridad que tengo está circunscrita”.
“Creo en la ley natural y, desde luego, creo en el bien común”, afirmó Barrett. “Creo que los legisladores tienen el deber de buscar el bien común dentro de los límites de la Constitución y con respeto por la libertad religiosa”.
“Tienes que imaginar: ‘¿Qué pasaría si no me gustara la composición del tribunal ante el que comparezco, del tribunal que está tomando estas decisiones, y ellos conciben el bien común de una manera muy distinta a como lo concibo yo?’ Esa es la razón por la que tenemos un documento como la Constitución, porque es un punto de consenso y terreno común”.
“Y si empezamos a desviarnos de eso e interpretar en ella nuestras propias ideas individuales del bien común, no vamos a ir a ningún buen lugar, y rápido”.
Roe v. Wade
Barrett dijo que tanto quienes estuvieron de acuerdo con la decisión Dobbs como quienes no lo estuvieron “muy probablemente suponen” que ella emitió su voto basándose en su “fe” y en sus “opiniones personales sobre el aborto”.
“Pero, sobre todo dado el marco desde el cual veo la Constitución, hay muchas personas que apoyan el derecho al aborto pero que reconocen que Roe estaba mal razonada y era incompatible con la propia Constitución”, dijo.
Barrett profundizó en “el problema de Roe”.
“No hay nada en la Constitución… que hable del aborto, que hable de procedimientos médicos”, afirmó. “La mejor defensa de Roe, la defensa comúnmente planteada de Roe, era que se fundamentaba en la palabra ‘libertad’ en la cláusula del debido proceso, que protegemos la vida, la libertad y la propiedad y que no pueden ser privados de ellas sin el debido proceso legal”.
La “palabra ‘libertad’ no puede ser un recipiente abierto o un recipiente vacío en el que los jueces simplemente puedan introducir los derechos que quieran, porque de lo contrario perderíamos la democracia en nuestra sociedad democrática”, dijo Barrett.
El problema de Roe “es que fue una decisión flotante, sin anclaje, que interpretó en la Constitución algo que no está allí”.
La razón por la que es difícil enmendar la Constitución es porque “refleja un consenso de supermayoría”, afirmó. “Los derechos que están protegidos en la Constitución, así como las garantías estructurales que se hacen en esa Constitución, no son obra mía. Son derechos con los que los estadounidenses han estado de acuerdo”.
“Roe les dijo a los estadounidenses en qué debían estar de acuerdo, en lugar de partir de aquello en lo que ya habían estado de acuerdo en la Constitución”.
Libertad de expresión y libertad religiosa
“Creo que la Primera Enmienda protege, garantiza y nos obliga a respetarnos mutuamente y a respetar el desacuerdo”, dijo Barrett. “Hay una tolerancia de distintas religiones, una tolerancia de distintas ideas… podemos ver qué ocurriría si no tuviéramos la garantía que mantiene eso en su lugar”.
“Piensen en lo que está ocurriendo con respecto a los derechos de libertad de expresión en el Reino Unido”, dijo Barrett. “Las opiniones contrarias o las opiniones que no están en la corriente principal no están siendo toleradas, e incluso están siendo criminalizadas. Debido a la Primera Enmienda, eso no puede suceder aquí”.
Si Estados Unidos tuviera “una religión establecida, entonces sería muy difícil garantizar simultáneamente la libertad religiosa porque habría una sola voz con la que estaría hablando el gobierno”, explicó Barrett.
Una religión establecida “sacrificaría la libertad religiosa”, dijo. “Pero, al mismo tiempo, la libertad religiosa se volvería autoderrotista si su desenlace lógico fuera obligar a todos a ver las cosas como tú las ves”.
Discernimiento
Al final de la conversación, Barron preguntó a Barrett qué consejo daría a los jóvenes católicos que desean involucrarse en la vida pública, el derecho o el gobierno.
“Disciernan primero”, dijo Barrett. Pregúntense: “¿A qué estás llamado?”.
“Si sientes que esto es una vocación y algo a lo que estás llamado, creo que nunca puede ser lo más importante”, dijo Barrett. “Creo que estar arraigado en tu fe, en quién eres y en la verdad del Señor, para que no te lleven como un barco por todas partes debido a las enormes presiones”.
La fe “me arraiga como persona”, dijo Barrett. “No porque mi fe influya en la esencia de las decisiones que tomo, de ninguna manera, pero creo que me consolida como persona. Es quien soy como persona”.
“Así que es lo que me permite mantener mi trabajo en la vida pública en perspectiva y seguir siendo la persona que soy, y continuar intentando ser la persona que espero ser a pesar de las presiones de la vida pública”, afirmó.
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.





