La Iglesia Católica debe ser más audaz al compartir su visión de la antropología humana, advirtieron expertos católicos en respuesta a los informes sobre la mala salud mental entre los adolescentes de Inglaterra y Gales.

El 9 de diciembre, el diario británico The Guardian informó que el 40% de los jóvenes de 13 a 17 años en Inglaterra y Gales afectados por la violencia recurren a acompañantes de inteligencia artificial (IA) en busca de apoyo debido a las largas listas de espera para terapia. Asimismo, los líderes juveniles enfatizan que los jóvenes vulnerables necesitan conexión humana.

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Edwin Fawcett, psicoterapeuta católico radicado en Inglaterra y Gales, declaró a CNA —agencia en inglés de EWTN News— en una entrevista: “Los jóvenes se beneficiarían de recursos más fácilmente disponibles que compartan, con valentía y claridad, la hermosa verdad de la antropología de la Iglesia, tan ausente en la atención de la salud mental secular”.

“Sin embargo, podría ser tentador simplemente alimentar la maquinaria de nuestras sólidas estructuras (por ejemplo, diócesis, parroquias, escuelas religiosas) con podcasts y videos brillantes; posiblemente aún no estén a la altura de una compañía de IA”, indicó.

“Si lo que realmente falta es una conexión humana sana y su modelado, entonces, para apoyar mejor a los jóvenes a largo plazo, creo que debemos ir a la raíz del problema, a problemas como la formación inadecuada en el seminario y la preparación matrimonial, el escaso apoyo y la escasa rendición de cuentas en el liderazgo de la Iglesia, y las escasas oportunidades de formación profesional en psicología católica”, continuó.

“Y también —añadió— debemos recordar que, como células del cuerpo de Cristo, ninguno de nosotros tiene derecho a discernir cómo estamos llamados a asumir la difícil tarea de la integración y el crecimiento individual y colectivo, lo que incluye el cuidado de los jóvenes que nos rodean hoy”.

El P. Michael Baggot, profesor de bioética en el Pontificio Ateneo Regina Apostolorum, ha escrito extensamente sobre la compañía de IA. Declaró a CNA que las "mejores perspectivas de las ciencias psicológicas contemporáneas" podrían integrarse con "una antropología católica tradicional, amplia y rica".

"Los jóvenes necesitan mentores de carne y hueso que encarnen la complejidad y la alegría de vivir el Evangelio", argumentó. "Los mentores pueden acompañar a los jóvenes en la participación en las actividades comunitarias (culto, baile, deportes, senderismo, música, etc.) que los compañeros de IA no pueden proporcionar. ... Toda la vida moral católica está orientada al florecimiento, es decir, a la felicidad en el sentido más pleno".

"El 'Metamodelo Cristiano Católico de la Persona' muestra cómo integrar las mejores perspectivas de las ciencias psicológicas contemporáneas con una antropología católica tradicional, amplia y rica", argumentó.

"Los programas de formación para jóvenes, ya sea que se realicen en aulas, iglesias, campos de juego, lagos o montañas, deben comunicar la aventura de la fe. Los formadores pueden ayudar a los jóvenes a descubrir sus talentos y su vocación única".

Baggot también sugirió que las personas que han sido afectadas por la IA podrían compartir sus historias. “Las instituciones eclesiásticas deberían fomentar una comunidad acogedora e inclusiva que impulse a sus miembros y promueva el crecimiento en la virtud”, afirmó.

“Las parroquias, las escuelas, los orfanatos, los hospitales y cada familia —añadió— deberían crear espacios para que los jóvenes compartan sus esperanzas, sueños y dificultades. Este esfuerzo diario por construir comunidades saludables es fundamental para el llamado del Señor a vivir en comunión con él y con nuestro prójimo”.

En una declaración a CNA, la Conferencia Episcopal Católica de Inglaterra y Gales afirmó que “no cabe duda de que la IA será, cada vez más, una tecnología que ayudará a las personas de forma práctica. Esto incluirá a quienes necesitan atención médica y social y a quienes se les podría monitorear a distancia o recordar que realicen ciertas tareas”.

“Sin embargo, la IA como acompañante nunca podrá reemplazar las relaciones humanas reales y, tanto en nuestras parroquias como en nuestra vida personal, debemos revitalizar las relaciones personales —y la relación con Dios— que son la base de la verdadera plenitud humana”, afirmaron los obispos.

“El interés de tantos en la Iglesia Católica por la IA es alentador, ya que solo mediante un discernimiento cuidadoso podemos garantizar que esta tecnología promueva el bien común y la dignidad humana”, expresaron los obispos de Inglaterra y Gales.

Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.