El Cardenal Víctor M. Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, presentó el documento titulado Una caro. Elogio de la monogamia y aseguró que en la concepción católica “el matrimonio es una unión entre un hombre y una mujer, exclusiva e indisoluble”.
“Esa es la concepción, si se quiere hablar de matrimonio respecto a la naturaleza de esta realidad que es la unión. Es decir: si es una convivencia, no es un matrimonio; si no es entre un hombre y una mujer, no es propiamente un matrimonio; si no es exclusiva —si es entre cuatro o cinco— no es un matrimonio; y si no es indisoluble —si se hace por un tiempo— no es un matrimonio”, señaló.
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De este modo, aseguró que para hablar de otros tipos de relaciones “hay que buscar otra palabra” y no usar la palabra matrimonio porque por su “misma naturaleza, esto es lo que vale”.
En todo caso, indicó que esto no quiere decir que “en otros contextos no existan valores”. Asimismo, aseguró que la enseñanza magisterial que se desprende de este texto también puede servir a otras formas de relación. “La paciencia, el respeto, etcétera. Eso vale también para una relación entre amigos; vale para otras formas de relación”, explicó.
En este sentido, indicó que Una caro. Elogio de la monogamia puede ser útil “también para los célibes”. “Cuando se habla del respeto, de la acogida, ciertamente vale también para nosotros”, afirmó en referencia a los sacerdotes que han profesado un voto de castidad.
“Yo, como sacerdote, no puedo pretender colmar mi sentido de soledad usando a otra persona— también vale aquí. De ahí nacen los abusos: mi sentido de vacío, de soledad, mis problemas psicológicos debo resolverlos de otro modo; debo buscar otras vías, no otra persona que pueda satisfacer estas necesidades”, explicó.
Recursos para llegar a valorar la monogamia como ideal cristiano
El prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe dejó claro que el documento publicado sobre el matrimonio y la vida conyugal no pretende emitir condenas, sino ofrecer criterios pastorales capaces de motivar a las comunidades, especialmente en África, a valorar la monogamia como ideal cristiano.
El Cardenal Fernández explicó que detrás del documento hay “un amplio proceso de escucha, especialmente a los obispos africanos”, quienes en sus visitas ad limina y también en diversas intervenciones del Sínodo, expresaron su preocupación por las dificultades pastorales relacionadas con la poligamia.
“Ellos mismos nos dijeron que no lograban motivar a los jóvenes hacia una unión exclusiva y que, cuando se daban cuenta, aquel muchacho que había hecho la confirmación con ellos tenía cuatro o cinco esposas. Llegaban tarde”, relató el purpurado.
Por eso, algunos prelados africanos pidieron al dicasterio “preparar un material rico, no necesariamente para la lectura directa de los jóvenes, porque algunos textos son complejos, sino para que los obispos y párrocos pudieran motivar la monogamia”. “El objetivo no era hablar contra la poligamia, sino motivar la monogamia”, insistió el Cardenal Fernández.
El cardenal contextualizó este desafío señalando que la problemática no es exclusiva de África. Con tono irónico, recordó un comentario que escuchaba cuando era estudiante en Roma hace cuatro décadas: “Se decía que los romanos tenían su esposa, pero que la mayoría tenía también otra mujer y hasta un hombre. No se sabía si reír o llorar. Hablamos de poligamia en África, pero hay otros modos, menos explícitos, de faltar a la monogamia que son igualmente ofensivos para la vida de las mujeres”.
Cada país africano es distinto y "deben estudiar el problema según su contexto”
El Cardenal Fernández explicó que las conferencias episcopales africanas, articuladas en torno al Simposio de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar (SECAM por sus siglas en inglés), vienen reflexionando sobre la cuestión desde hace tiempo y solicitaron al Vaticano un trabajo conjunto. “Ellos han propuesto estudiar la cuestión de la poligamia en diálogo con nuestro dicasterio. Ya presentaron un informe parcial, que antes de entregarlo oficialmente nos lo enviaron a nosotros, y nosotros sugerimos algunos puntos para una reflexión ulterior”.
El prefecto insistió en que la poligamia adopta significados muy distintos según las regiones del continente: “Hay una gran diversidad cultural, desde el norte con su relación con el islam hasta el África austral”.
Para el purpurado esta diversidad exige que “los primeros en estudiar a fondo el problema sean ellos, que conocen su propio contexto”, mientras que el papel del Vaticano es ofrecer acompañamiento doctrinal y un espacio de diálogo.






