El Arzobispo de Panamá, Mons. José Domingo Ulloa, presidió la Misa de bendición y consagración de la réplica de la Capilla de la Apariciones de la Virgen de Fátima, concelebrada por el P. Carlos Cabecinhas, rector del Santuario de Fátima en Portugal.

La bendición y consagración se realizó el sábado 15 de noviembre en el barrio panameño de Clayton, en una jornada que se inició con el rezo del Santo Rosario, una oración alentada por la misma Virgen de Fátima en sus apariciones en 1917, según informa la oficina de comunicación y prensa de la Arquidiócesis de Panamá.

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Entre los asistentes también había líderes del Apostolado de Fátima de Costa Rica, Puerto Rico y otros países de Latinoamérica, así como representantes de diversos grupos marianos de Panamá.


En su homilía y visiblemente emocionado, Mons. Ulloa resaltó que la réplica de la Capellina en el país “es una gracia inmensa” que “nos llena de emoción y de responsabilidad, porque será un puente entre Portugal y Panamá”.

La Capilla de las Apariciones “no es simplemente una construcción” sino “un altar mariano, una puerta del cielo, un santuario del alma, donde María se hace presente como madre y guía, como consuelo y fuerza. Tal como en la Cova da Iria, aquí la Virgen volverá a hablar al corazón del pueblo, y lo hará no con palabras, sino con presencia, con paz, con ternura”

“La paz empieza en el corazón. Y si queremos que Panamá sea tierra de paz, debemos empezar en nuestras familias, en nuestras escuelas, en nuestras comunidades. Consagrarnos al Inmaculado Corazón de María es entrar en la escuela del Evangelio”, resaltó el prelado.


El arzobispo obsequió un cáliz, un copón y otros dos vasos sagrados al P. Cabecinhas, como signo de comunión entre Panamá y Portugal. El sacerdote resaltó por su parte que la Capellina panameña constituye “un profundo vínculo de oración y comunión con la Cova da Iria”, y animó a todos a visitar este lugar como peregrinos del corazón.

María, puerto seguro

Tomás Vázquez Polo, Presidente del Apostolado Mundial de Fátima en Panamá, dijo por su parte que esta consagración no es una conclusión sino el inicio de un “peregrinaje, donde María quiere agarrarnos las manos para que tengamos nosotros un encuentro personal con Cristo en el Sagrario”.

Vázquez también destacó que esta consagración se da en noviembre, mes de la patria panameña, y que es un signo de esperanza ante tantos desafíos actuales en el país. Con María y buscando la voluntad de Dios, dijo, “pues verdaderamente estamos en puerto seguro”.


También recordó que quienes quieran ir a rezar ante la Virgen pueden ir “24 horas al día, 7 días a la semana, 365 días al año”.

La Virgen de Fátima y Santa María la Antigua

Marco Daniel Duarte, director del Departamento de Estudios del Santuario de Fátima, destacó a su turno que “Panamá hoy está de fiesta porque, como ha dicho el señor arzobispo, Fátima está implantada en Panamá a partir de una de las imágenes más fuertes que Fátima tiene, la imagen de la Virgen y su capilla, la capilla de las Apariciones, que es el corazón del Santuario de Fátima en Portugal”.

Santa María la Antigua. Crédito: Arquidiócesis de Panamá.
Santa María la Antigua. Crédito: Arquidiócesis de Panamá.


El laico portugués resaltó asimismo la devoción mariana en Panamá y recordó que “Santa María la Antigua tiene una rosa blanca en sus manos, símbolo del rosario que la Virgen de Fátima también trae a toda la humanidad”.

“Ese color blanco de la rosa de Santa María la Antigua —concluyó Duarte— es el color de las vestimentas de la Virgen de Fátima, es el color de la capilla de las Apariciones, que a partir de Panamá también nos hace un llamado a la paz, para que todo el mundo tenga la paz de Cristo”.