Al concluir en Cochabamba su CXVII Asamblea, los obispos bolivianos enviaron un mensaje al pueblo de Dios titulado “Peregrinos de esperanza” y centrado en la situación del país, los jóvenes y los pobres. Asistiendo a los primeros pasos de un nuevo gobierno, los prelados se mostraron esperanzados en que el país “destrozado” pueda salir de la crisis.
La lectura del mensaje estuvo a cargo de la comisión directiva de la Conferencia Episcopal, integrada por Mons. Aurelio Pesoa Ribera, Mons. Percy Galván y Mons. Giovani Arana.
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Para empezar, los obispos hicieron referencia al año jubilar que se desarrolla en este 2025 y que ha coincidido con el Bicentenario de Bolivia, acontecimientos en los que destacan “la alegría de renovar nuestra fe en la acción salvadora de Dios” y que fueron oportunidad “para fortalecer la vitalidad de la Iglesia y asumir un compromiso personal y comunitario en la transformación de la realidad conforme a los criterios del Reino de Dios.”
En referencia al lema del Jubileo, "Peregrinos de esperanza", afirmaron que “no es quedarse conformes donde estamos, es saber encontrar una fuerza interior para superar las adversidades y mejorar nuestra condición de vida”.
Los obispos de la CEB se centraron luego en la opción preferencial por los pobres, reafirmando su compromiso de “difundir y alentar todos los esfuerzos para que la acción social de la Iglesia por los pobres sea cada vez más visible y cotidiana”.
Asimismo, al abordar la situación de la juventud, señalaron que la población boliviana “cuenta con un alto porcentaje de jóvenes; esta realidad exige una atención del Estado y de la Iglesia. Los jóvenes son el presente de nuestra sociedad, por lo tanto, necesitan ser protagonistas en escribir la historia del país, siendo el rostro de esperanza”.
“Optar por los jóvenes significa dejar que los jóvenes sean jóvenes en la vida y misión de la Iglesia, asumiendo su formación humana y cristiana”, sostuvieron.
En ese sentido, alentaron a los jóvenes a seguir "adelante con su compromiso bautismal de colaborar en la catequesis, misiones, voluntariado, grupos y movimientos juveniles”, valorando su aporte creativo y nuevas ideas con las que “se renueva la vida de la Iglesia”.
Finalmente, hicieron hincapié en la nueva etapa que atraviesa Bolivia luego de las elecciones generales en las que resultó elegido presidente Rodrigo Paz, quien asumió el cargo 8 de noviembre.
“Felicitamos al nuevo gobierno y deseamos el mejor de los éxitos en su servicio por el bien común de los bolivianos”, expresaron desde la CEB, destacando que “reconstruir la democracia no es tarea fácil, tampoco es responsabilidad de unos cuantos. Requiere asumir actitudes de reconciliación y participación; además del compromiso de todos con generosidad y valentía, honestidad y transparencia para generar cada día espacios de diálogo, consenso, encuentro fraternal y respetuoso”.
Para ello, exhortaron a tener “una mentalidad nueva y propositiva para no estancarnos en intereses mezquinos de unos pocos”, lo cual constituye un desafío “urgente”, con la conciencia de que “no hay soluciones inmediatas”.
Por eso, los obispos pidieron a los bolivianos que “en actitud de confianza demos tiempo a este proceso”.
“El país está destrozado y no podemos ser indiferentes a colaborar y esforzarnos de distintas maneras para caminar hacia una estabilidad socioeconómica, institucional y cultural”, resumieron.
“Es posible salir de esta crisis, pero los primeros en comprometernos debemos ser nosotros mismos. Caminando juntos es posible avanzar, esa es nuestra esperanza”, concluyeron.




