El Arzobispado de la Santísima Asunción (Paraguay) emitió un comunicado en el que ofrece precisiones sobre la reciente nota del Dicasterio para la Doctrina de la Fe acerca de los títulos que se aplican a la Virgen María.  

Se trata del documento titulado Mater populi fidelis (Madre del pueblo fiel), donde se exhorta a evitar el uso del título de “corredentora” para referirse a la Virgen.  

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“Teniendo en cuenta la necesidad de explicar el papel subordinado de María a Cristo en la obra de la Redención, es siempre inoportuno el uso del título de Corredentora para definir la cooperación de María”, señala el texto emitido por el Dicasterio Vaticano. 

“A la Virgen María no se le quita nada" 

Mediante un comunicado, el Arzobispado de la Santísima Asunción buscó ayudar a los fieles a “comprender con claridad este documento, para que crezca nuestra fe y nuestro amor hacia la Madre de Dios”. 

“La primera cosa que debemos afirmar con serenidad es esta: A la Virgen María no se le quita nada. Sin embargo, al mismo tiempo no debemos agregarle lo que ella misma no quiso para sí”, exponen desde la arquidiócesis. 

El documento, explican, “es una respuesta a muchas consultas que llegaron a la Santa Sede”, publicado con la intención de “aclarar el verdadero lugar de María en el plan de Dios, para que no nos confundamos sobre el papel único de Jesucristo como único Mediador y Redentor”. 

El lugar de María “es único, precioso e irrepetible” 

Al respecto, recuerdan que “María es tesoro de la Iglesia. Ella es refugio, fortaleza, ternura y esperanza para nuestro pueblo creyente. Fue la primera en recibir a Jesús en su seno y en decir un ‘Sí’ total al plan de Dios”. 

Por lo tanto, “su lugar es único, precioso e irrepetible. Todo lo que María es, lo es por su Hijo Jesucristo”. 

Sobre su cooperación en la obra de Jesús, la arquidiócesis paraguaya destaca la enseñanza de la Iglesia, al señalar que “María cooperó en la obra de la Redención porque con su fe y obediencia aceptó ser la Madre del Salvador”. Sin embargo, aclaran, “esta cooperación siempre es subordinada a la de Cristo”. 

“La claridad de los santos, como San Agustín, nos ayudan a llamarla ‘colaboradora’ o ‘cooperadora’, no corredentora, ya que decir ‘corredentora’ puede llevar a pensar equivocadamente que María está al mismo nivel que Jesús, y eso no es correcto ni verdadero, ella nunca lo pidió”, enfatiza el comunicado. 

En ese sentido, se vale de citas del Evangelio donde ella misma se encarga de dejar en claro ese rol: “Hagan lo que Él les diga” (Jn 2, 5); “Proclama mi alma la grandeza del Señor” (Lc 1, 46). 

Ella no se pone en el centro. Ella nos lleva al centro, que es Cristo”, resume. 

“María intercede por nosotros, como Madre, pero lo hace siempre dentro de la única mediación de Cristo”, insiste el mensaje, al tiempo que valora su corazón de Madre que “sigue presentando nuestras súplicas a su Hijo”. 

Quien concede la gracia es Dios 

En el mismo sentido, explica que si bien “María y los santos interceden, es decir, piden por nosotros”, quien concede la gracia es Dios. Por eso “no rezamos a María en lugar de Jesús, sino que le pedimos que nos lleve a Él, como Madre que acompaña”. 

“El documento nos recuerda que no darle títulos inapropiados no disminuye a María”, explican. Por el contrario, “la presenta en su gloria verdadera: sierva humilde, llena de gracia, totalmente entregada a Dios”. 

“Ella es Madre del Pueblo Fiel, Madre de la Iglesia y Madre nuestra. Intercede, acompaña, abraza, sostiene, inspira. Y con su ejemplo nos dice cada día: ‘Miren a mi Hijo. Él es el Camino’”, precisan, exhortando a amar a María con todo el corazón, rezar el rosario y acudir a ella en las dificultades. 

“Dejémonos conducir por ella hacia Jesús, nuestro único Salvador. Que María, Madre del Pueblo Fiel, nos cuide bajo su manto y nos recuerde siempre: Cristo es nuestra Paz, nuestra Esperanza y nuestra Salvación”, concluyen.  

El documento del Vaticano “no viene a cambiar nada” 

Por su parte, en el marco de su 249ª Asamblea Ordinaria General, los obispos del Paraguay respondieron a las consultas de periodistas sobre esta novedad, en especial en relación con la patrona del país, la advocación de la Virgen de los Milagros de Caacupé. 

Al respecto, el presidente de la CEP, Mons. Pierre Jubinville explicó que la Virgen sigue siendo "intercesora" de los milagros, y aclaró que sólo Dios tiene el poder de realizarlos, recoge El Nacional

El documento del Vaticano, subrayó el prelado, "no viene a cambiar nada", sino que busca "corregir un poco nuestro vocabulario". "Ella sigue siendo la madre del pueblo... Nosotros no le cambiamos la misión a la Virgen", precisó. 

Mons. Jubinville animó a los fieles a tener a la Virgen como modelo de fe y humildad, y recordó que "María siempre estuvo pendiente del pueblo, acompañando con su ternura y fortaleza”.  

El nuevo documento del Vaticano “no se trata de restarle importancia, sino de comprender mejor su rol", señaló. 

Mons. Celestino Ocampo, Obispo responsable de la Coordinación Nacional de Laicos, subrayó que la Virgen María, al igual que los santos, "interviene a nuestro favor" y “sigue intercediendo por nosotros”.  

"María es hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo y esposa del Espíritu Santo", destacó el prelado, reafirmando que su figura sigue siendo central en la fe del pueblo paraguayo.