El Cardenal Luis Antonio Tagle, proprefecto del Dicasterio para la Evangelización en la Sección para la Primera Evangelización y las Nuevas Iglesias Particulares, afirmó que San John Henry Newman también es Doctor de la Misión.
El purpurado filipino dijo esto en la apertura del acto académico promovido por la Pontificia Universidad Urbaniana en Roma, tras la proclamación de San John Henry Newman como Doctor de la Iglesia, declaración que hizo el Papa León XIV el sábado 1 de noviembre en la Solemnidad de Todos los Santos.
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En su ponencia, publicada por la agencia vaticana Fides el 3 de noviembre, el cardenal resaltó tres aspectos que vinculan a Newman con la misión de anunciar el Evangelio a las personas en el mundo.
1. ¿Cómo las personas llegan a la fe?
El Cardenal Tagle destacó la importancia de los escritos de San John Henry Newman para la tarea del anuncio de la fe, considerando además que el hermano del nuevo Doctor de la Iglesia, siendo evangélico, había abandonado la fe cristiana.
“En obras como The Arians of the Fourth Century (1833), los University Sermons (1843) y, sobre todo, en su obra madura Grammar of Assent (1870), exploró cómo el acto de fe depende más de las disposiciones personales y morales, la confianza, la humildad, la apertura, el deseo, que del mero razonamiento intelectual”, resaltó Tagle.
El purpurado destacó que el santo británico, converso del anglicanismo, “sostenía que no se puede llevar a otros a la fe solo mediante argumentos sólidos, sino formando los corazones y ampliando la imaginación, ensanchando la capacidad de la mente y del corazón para acoger la revelación de Dios”.
“Esta visión constituye tanto un método teológico como una orientación pastoral, que quienes evangelizan deben aprender, custodiar y poner en práctica”, subrayó Tagle.
2. Sin miedo al cambio y al desarrollo en la Iglesia
La autoridad vaticana comentó también que “quien está comprometido en la misión puede aprender de Newman a no temer el cambio y el desarrollo en la Iglesia. Newman comenzó su famoso Essay on the Development of Doctrine en 1844 para responder a la agitación interior que estaba enfrentando, ya que se sentía atraído por la Iglesia de Roma, pero le era familiar la acusación de que la Iglesia Católica había abandonado la fe primitiva, la de la Iglesia de los orígenes, con numerosas adiciones a la pura fe transmitida por los apóstoles”.
“Newman encontró luz en la idea de desarrollo: que un mensaje tan rico como el del anuncio cristiano requiere tiempo y generaciones para desplegarse y ser comprendido; además, el desarrollo ocurre gracias a un proceso incesante en el que los cristianos reciben, interpretan y hacen suyo el Evangelio en sus circunstancias culturales particulares y en las vicisitudes históricas en las que están inmersos”, indicó.
En ese sentido, señaló, Newman “nos anima a ser confiados y creativos en la inculturación de la fe”.
3. Los laicos, la educación y la formación
Sobre este tema, dijo Tagle, Newman escribió un ensayo en 1859, titulado On Consulting the Faithful in Matters of Doctrine, en el que destacaba que “los laicos no eran solo destinatarios pasivos de la Verdad, sino que eran sujetos activos en la transmisión y el testimonio de la verdad del Evangelio”.
Como ejemplo de esto, explicó el cardenal filipino, Newman “puso el ejemplo histórico de cómo, en el siglo IV, durante un breve período en el curso de la controversia arriana, muchos obispos y teólogos cayeron en la herejía de Arrio, mientras que la gran mayoría de los bautizados permaneció fiel a la verdad de la divinidad de Cristo”.
“De ahí la insistencia de Newman sobre la importancia de un laicado activo y formado, para que, usando su hermosa expresión, pueda haber una conspiratio, un respirar juntos de los pastores y de los fieles, para testimoniar unidos el Evangelio”, remarcó finalmente Tagle.




