El Papa León XIV recibió en audiencia este jueves a los miembros del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE), del Consejo Ecuménico de las Iglesias (CEC) y a los Representantes de las Iglesias Cristianas de Europa, reunidos en Roma para firmar la Charta Œcumenica actualizada.

Firmada en 2001 por los presidentes de ambos organismos, la Charta Œcumenica ha sido la piedra angular de la cooperación ecuménica europea durante más de dos décadas. La versión revisada busca afrontar los desafíos contemporáneos y reflejar las realidades cambiantes de la sociedad y del cristianismo europeo.

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El proceso de revisión, iniciado en 2022, ha sido dirigido por un grupo de trabajo conjunto del CEC y las CCEE. Para ello se han tenido en cuenta las aportaciones de Iglesias y organizaciones ecuménicas de toda Europa, con el fin de garantizar que el texto actualizado responda a las necesidades ecuménicas actuales. 

La versión actualizada fue firmada el 5 de noviembre por Mons. Gintaras Grušas, Arzobispo de Vilna y presidente del CCEE, y por el Arzobispo Nikitas Lioulias, de Tiatira y Gran Bretaña.

Desafíos en el camino ecuménico

Durante el encuentro en el Palacio Apostólico, el Santo Padre remarcó que “los desafíos que los cristianos enfrentan en el camino ecuménico están en constante evolución” y por esto ha sido necesario examinar nuevamente la situación en Europa.

El Arzobispo Ortodoxo Nikitas Lioulias, de Tiatira y Gran Bretaña, presidente del CEC, explicó a ACI Prensa tras la audiencia con el Santo Padre que “el mundo ha cambiado” y que las realidades de hace 25 años no son las mismas que las de ahora.

“Ahora existe el problema de la migración, y cómo tratar a los migrantes y las leyes relacionadas con ello. También cómo afrontar el nacionalismo, el populismo, las ideas de prejuicio y odio, y lo que nosotros, como cristianos, predicamos: la paz”, subrayó.

El Pontífice también señaló en su discurso la importancia de un discernimiento “constante y cuidadoso”, al mismo tiempo que lamentó que muchas comunidades cristianas de Europa “sienten que son cada vez más minoritarias”. 

En este contexto, recordó que a Europa llegan nuevos pueblos, a quienes hay que acoger y escuchar, promoviendo el diálogo, la concordia y la fraternidad, en particular “en medio del estruendo de la violencia y de la guerra, cuyos ecos resuenan en todo el continente”. 

“En todas estas situaciones —continuó el Papa— la gracia, la misericordia y la paz del Señor son verdaderamente vitales, porque sólo la ayuda divina nos mostrará el modo más convincente de anunciar a Cristo en estos contextos cambiantes”.

A continuación, el Pontífice se refirió al documento ecuménico como un “testimonio de la disposición de las Iglesias de Europa a mirar nuestra historia con los ojos de Cristo”, y recordó que “el camino sinodal es ecuménico, así como el camino ecuménico es sinodal”.

En este sentido, subrayó que la nueva Charta Œcumenica “destaca el camino común emprendido por los cristianos de distintas tradiciones en Europa, capaces de escucharse mutuamente y de discernir juntos para anunciar el Evangelio con mayor eficacia”.

Compartir una mirada común

Además, el Papa destacó que uno de los logros más notables del proceso de revisión ha sido “la capacidad de compartir una mirada común sobre los desafíos contemporáneos y de establecer prioridades para el futuro del continente, manteniendo una firme convicción en la perenne actualidad del Evangelio”. 

A este respecto, el Arzobispo Nikitas comentó a ACI Prensa los avances en el camino del ecumenismo, subrayando que “hace cien años, ni siquiera hablábamos entre nosotros”. 

Aunque afirma que todavía existen desafíos y problemas, especialmente por los diferentes idiomas, señala que esta actualización “nos ha permitido reunirnos, cooperar, trabajar juntos, respetarnos mutuamente, intercambiar pensamientos e ideas y reconocer los valores que compartimos”.

Al término de su discurso, el Santo Padre también manifestó su deseo de proclamar a todos los pueblos de Europa que “Jesucristo es nuestra esperanza, porque Él es tanto el camino que debemos seguir como el destino último de nuestro peregrinar espiritual”.

El Arzobispo Nikitas se refirió al Papa León XIV como “un hombre muy humilde, muy reflexivo y muy amable. Hablamos de varios temas, y por supuesto le pedí que rezara por la paz cuando tuve la conversación personal con él”.

“Me enorgullece, como ortodoxo y como representante del Patriarcado Ecuménico, haber formado parte de este proceso. Ahora el Papa se está preparando para ir a Estambul a encontrarse con el Patriarca Ecuménico, estos son grandes signos de lo que está ocurriendo”, concluyó.