Un total de 3.500 guías y scouts de 13 países de Europa realizaron una peregrinación a la ciudad francesa Vézelay para “reconstruir el Reino de Dios con sus propias manos” y recibir la fuerza del Espíritu Santo en los caminos de la región de Borgoña.
Se trata de la 50ª edición de esta histórica peregrinación, realizada del 30 de octubre al 2 de noviembre, y que este año se celebra bajo el lema “Llamados a un apostolado de Belleza”.
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Miles de routiers (scouts mayores) de toda Europa emprendieron el peregrinaje desde ocho iglesias diferentes situadas a unos cuarenta kilómetros de Vézelay, según recoge el sitio web de guías y scouts de Europa.


En 1976, apenas un centenar de jóvenes participó en la primera peregrinación a Vézelay. Medio siglo más tarde, este encuentro de los Scouts d’Europe se ha consolidado como una cita emblemática en la pequeña ciudad de Borgoña.
Los jóvenes peregrinos participaron en Misas y realizaron acampadas al aire libre a su paso por pueblos como Marigny, Cure o Malassis, invitando también a los vecinos a participar en las Eucaristías.

Durante cuatro días, los scouts recorrieron los caminos en un clima de silencio, oración y fraternidad, compartiendo la marcha, la adoración eucarística, la vida comunitaria y escuchando los consejos de los jefes y capellanes sobre el compromiso cristiano alrededor de una fogata nocturna.
Desde Suiza, el joven Grégoire confiesa a la organización que cada año vive “algo indescriptible” y por ello ha querido invitar a varios amigos a compartir este peregrinaje.

Los jóvenes pudieron visitar el pequeño pueblo de Paray-le-Monial, siguiendo los pasos de Santa Margarita de Alacoque y el Sagrado Corazón de Jesús. Además, el jueves 30 de noviembre, 1.300 Guías mayores se reunieron frente a la iglesia de Anzy-le-Duc.

Tras cuatro días caminando, los routiers se encontraron al pie de la Basílica de Santa María Magdalena de Vézelay, para participar en la tradicional vigilia, a la que siguió una adoración eucarística mientras varios sacerdotes confesaban junto a los pilares del templo.


Al ingresar en la basílica, los jóvenes Scouts d’Europe entonaron el Kyrie des gueux, un canto tradicional basado en el antiguo himno militar alemán Wir zogen in das Feld, compuesto en 1540.
Finalmente, el domingo 2 de noviembre, Mons. Pascal Wintzer, Arzobispo de Sens-Auxerre, envió a los routiers a testimoniar la fuerza recibida en Vézelay, incluso en medio de las dificultades. “La fe cristiana no es un seguro que nos protege de las pruebas de la vida”, exhortó durante la Misa de clausura.




